sábado, 25 de octubre de 2008

José Martí, la vigencia de un visionario.



Es desde esta línea de pensamiento que a José Julián Martí Pérez (1853 - La Habana – 1895- Dos Ríos) se lo conoce en Cuba como “el Apóstol”. Fue político, pensador, periodista, padre, poeta y masón cubano, creador del PRC -Partido Revolucionario Cubano – y organizador de la Guerra del 95, o , guerra necesaria -la que daría la independencia a la Isla.
Su crítico pensamiento trascendería las fronteras cubanas para adquirir por un lado carácter universal: “En los pueblos libres el derecho ha de ser claro. En los pueblos dueños de sí mismos, el derecho ha se de ser popular” (Guatemala, abril de 1877), que sirva de ejemplo para plantear que su prosa y versos están repletos de pequeñas ideas que, por su profundidad, es posible aislarlos y analizarlos independientemente por que tienen sentido en sí mismo sin perder el contexto en que fueron creados, por otro: trascenderían el tiempo y su influencia en los cubanos es tal que aún hoy, a más de un siglo de su muerte, parece ser que José Martí se eleva en figura protectora y reunificadora de los cubanos y frente a cualquier acción tanto del gobierno como del pueblo es la base del sentido de identidad y nacionalidad de su pueblo nativo.
Su contemporaneidad como escritor tiene una doble significación: desde la innovación en el lenguaje y en la búsqueda de autenticidad en literatura como expresión de su tiempo, convirtiéndose en precursor del modernismo, único movimiento literario nacido en Latinoamérica y que junto a José del Casal (Cuba) Manuel Gutiérrez Nájera (Mexico) Rubén Dario (Nicaragua), Gonzalez Prade (Peruno), Manuel Galván (R.Dom), Enrique Carrillo (Guatemala) José Asunción Silva, le dan forma de movimiento. En esencia rompen con las normas tradicionales, construyendo nuevos ritmos, melodías, sonoridad, color, libertad en los versos, superando al estruendo del romanticismo imperante tanto en España como en América.
Las acciones desde España por socavar los permanentes levantamientos con proyectos de reformas, genera el crecimiento del partido separatista isleño hasta promover desde 1868 en Cuba la primera guerra, llamada la guerra de los diez años, buscando independizarla del continente y que finaliza con la Paz del Zanjón, en 1878.
La trayectoria de su vida nos la muestra como héroe de la independencia de su patria él había sostenido que: “cualquier ideal se sustenta con la acción” de ahí que sus discursos políticos, su prestigio patriótico lo fueron llevando a conseguir en 1882 la aprobación de sus Bases del Partido Revolucionario Cubano. Sostenía que “en plegar y moldear está el arte político. Sólo en las ideas esenciales de dignidad y libertad se debe ser espinudo, como un erizo, como un pino” (La Nación Arg. Julio de 85)… “el poder no es más que el respeto a todas las manifestaciones de la justicia”… (Madrid ,15 de febrero del 73); con esta oratoria y espíritu incansable, fue capaz de unir a los cubanos de la Isla como a los que estaban en el exilio en la gesta libertadora del 95.
Sin ser militar, asumió la lucha dentro de las fuerzas revolucionarias con un compromiso indeclinable, participando en esta guerra llamada la definitiva, donde fue herido mortalmente, en Dos Ríos provincia del oriente cubano, el 19 de mayo del 95. “Su vida“ fue el más caro precio que pagó América por la independencia cubana. Eso sí, no en vano ya que en 1889 culmina con el tratado de París, donde Cuba obtiene la independencia “con la protección yanqui“ y Puerto Rico pasó a ser posesión Norteamericana.
Los años de insurrección iniciadas en 1868 culminaron con la ocupación Norteamérica a la isla y la injerencia permanente en los asuntos internos de la isla, sería ésta la coronación como consecuencia de la declaración de guerra de Estados Unidos contra España - las potencias de la época – en la expansión geopolítica.
De aquí en adelante la historia ratificaría el espíritu visionario del poeta cuando en 1891 en “Nuestra América” aclara sobre los propios pueblos y sus relaciones internacionales especialmente con Norteamérica. ”Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea y con tal que él quede de alcalde… ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas, y le pueden poner la bota encima” ... “ Lo que quede de aldea en América a de despertar. Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas en la almohada...Las armas del juicio que vencen a las otras” “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra”… “Cree el soberbio que la tierra fue hecha para servirle de pedestal porque tiene la pluma fácil o la palabra de colores y acusa de incapaz e irremediable a su república nativa…La incapacidad no está en el país naciente…Sino en los que quieren pueblos originales… Con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro del llanero. El buen gobernante de América no es el que sabe como se gobierna el alemán o el francés, sino el que sabe con qué elemento está hecho su país…”
A solo cuatro años de su muerte, en enero de 1899, la poderosa nación norteamericana impone por la fuerza su “derecho” a entrometerse en la Isla. Las tropas estadounidenses, las mismas que intervinieron en las postrimerías del conflicto de más de treinta años, bajo el pretexto de contribuir a la libertad de Cuba, quedarían en la isla amparados por una Enmienda en la Carta constitutiva “el símbolo más grande de chantaje de los norteamericanos” engendro que entró en la historia con el nombre de Enmienda Platt cuyo texto es una muestra de desfachatez y voracidad imperialista.
El pueblo expresó su repulsa con manifestaciones callejeras y mítines. Intensos debates entre asambleístas y sugerencias presentadas ante el gobierno yanqui para modificar el texto que imponía una amarga disyuntiva en el horizonte de Cuba: fundar la República con Enmienda como apéndice a su Constitución o mantener la dominación militar norteamericana en la Isla.
Entonces retumban las palabras cuando decía: “La amistad indispensable, de Cuba y los Estados Unidos, requiere la demostración contínua por los cubanos de su capacidad de crear, de organizar, de combinarse, de entender la libertad y defenderla, de entrar en la lengua y hábitos del norte con más facilidad y rapidez que los del norte en las civilizaciones ajenas”.
Aún después de derogado en 1934 como resultado del clamor de las masas, Estados Unidos no declinó su política de chantaje y amenazas para mantener en el poder a los gobiernos cómplices y aplastar la rebeldía de los cubano, y nuevamente el espíritu de Marti emerge en las acciones contínuas de sus compatriotas teniendo presente que "Un pueblo no es independiente cuando ha sacudido las cadenas de sus amos, empieza a serlo cuando se ha arrancado de su ser los vicios de la vencida esclavitud, y para patria y vivir nuevos, alza e informa conceptos de la vida radicalmente opuestos a la costumbre de servilismo pasado, a las memorias de debilidad y de lisonja que las dominaciones despóticas usan como elementos de dominio sobre los pueblos esclavos." (Revista Universal, México 25 de mayo 1875).
Encarna los valores éticos, aquellos que trascienden y contribuyen al progreso de la humanidad. “En nuestra América”, manifiesta “La América ha de promover todo lo que acerque a los pueblos, y de abominar todo lo que los aparte”…”Ni con Galos ni con Celtas tenemos que hacer en nuestra América, sino con criollos y con indios…”. Cuando habla de los gobiernos de los pueblos criollos agrega:”…Conocer es resolver. Conocer el país, y gobernarle conforme al conocimiento, es el único modo de librarlo de tiranías… Los políticos nacionales han de reemplazar a los políticos exóticos, injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas…”.
Y vaya si no tenía razón, la América que surge después de la revolución cubana en el siglo XX demostraría al imperialismo norteamericano que más allá de sufrir el agobio económico, el avasallamiento militar, los asesinatos constantes…”los pueblos son pueblos” . Así se mantuvo la Cuba de Martí.
Su sueño que la América “sea una”, se hace realidad al decir del Presidente de Venezuela Hugo Chávez “su gran día ha llegado con el ALBA, proyecto integracionista, basado en la cooperación solidaridad y la complementariedad …”, o como mencionaba el Che “…fue el hombre cuya palabra y ejemplo había que recordar cada vez que se quisiera decir o hacer algo trascendente…”.O estar presente en el discurso del Presidente de Puerto Rico Berrios Martinez ante la independencia de ese país “la libertad, como enseñó Martí, hay que pagarla a su justo precio. Y yo puedo decir con orgullo: los puertorriqueños hemos pagado con creces el precio de la libertad.”
En sus discursos descubrimos al político y revolucionario, en sus versos sencillos encontramos el espíritu y pensamiento más puro del “Maestro”.


Mabel Beatriz Meglioli

No hay comentarios: