jueves, 4 de septiembre de 2008

Emiliano Zapata

“Emiliano Zapata, Tierra y Libertad”

“Al pueblo de México, a los pueblos y gobiernos del mundo.
Hermanos, nosotros nacimos de la noche, en ella vivimos y moriremos en ella.
Pero la luz será mañana para los mas, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para todos la luz, para todos...todo.
Nuestra lucha es por hacernos escuchar y el mal gobierno dirige con soberbia y tapa con cañones sus oídos.
Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergüenzas.
Nuestra lucha es por la vida y el mal gobierno oferta muerte como futuro.
Nuestra lucha es por la justicia y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos.
Nuestra lucha es por la paz y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción.
Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad.
Estas fueron nuestras demandas, estas son hoy nuestras exigencias.”
El General en Jefe del Ejercito Libertador del Sur, Emiliano Zapata


Al clamor de “¡Tierra, Justicia y Ley!”, Emiliano Zapata instaba a los campesinos de México a luchar por una más justa distribución de las tierras. El 25 de noviembre de 1911 proclamaba el Plan de Ayala en donde quedaban plasmadas estas exigencias junto con la emancipación de los indígenas, la eliminación del latifundio, el desconocimiento de Francisco Madero como presidente de México, como así también la utilización de la lucha armada como único medio para obtener respuesta a sus reclamos.
Emiliano Zapata nace en 1880 en San Miguel de Anenecuilco, en México. Hijo de una familia de granjeros y con muy poca formación, se vincula a la cuestión campesina desde joven, participando en diversos movimientos y rebeliones agrarias.
En marzo de 1911 se une al movimiento guerrillero de Madero, reforzando el Plan de San Luis Potosí que proponía una insurrección contra el dictador Porfirio Díaz y una resolución al problema de la tierra. Tras su caída comienzan a aparecer las diferencias entre Zapata, quien reclamaba el inmediato reparto de las tierras de las haciendas entre los campesinos, y Madero que por su parte exigía el desarme de las guerrillas. Zapata acepta el desarme de sus tropas con la esperanza de que la presidencia de Madero abriera las puertas a la reforma.
Tras el incumplimiento de sus expectativas, Zapata y sus hombres elaboran el Plan de Ayala y enfrentan a Madero. La insurrección campesina se desata, pero pronto es reprimida, son quemadas las aldeas y asesinados numerosos campesinos en manos del Ejercito Federal al mando de Prudencio Robles y Victoriano Huerta. Madero es destituido y posteriormente asesinado, en su lugar se autoproclama presidente Huerta contando con el respaldo de los Estados Unidos.

Emiliano Zapata y sus sombreros, en 1914 (Archivos Bettmann)


Desde el sur de México, en particular desde la ciudad de Morelos, Zapata encabeza el ejército revolucionario, continuando con la lucha armada. Su poder en esa región le permite introducir numerosas reformas como la liquidación del latifundismo y la repartición de tierras; confiscaron los ingenios y una gran empresa papelera y los pusieron a trabajar en beneficio de la población; fundaron un banco agrícola; abrieron numerosas escuelas primarias y para adultos y reorganizaron la vida política de los municipios.
Con la asunción de Venustiano Carranza a la presidencia, el conflicto se mantenía. Los zapatistas repudiaron el asesinato de Madero en manos de Huerta. En noviembre de 1914 se realiza la Convención de Aguascalientes en donde se reúnen los tres grupos que encabezaban la revolución: los seguidores de Carranza, de tendencia moderada y los de Zapata (del sur) y Francisco Villa (del norte), de tendencia revolucionaria. En ese momento se acordó la destitución de Carranza del cargo de presidente y se nombró a Eulalio Gutiérrez como presidente provisional. A finales de noviembre, la poderosa División del Norte y el Ejército Libertador del Sur entraron en la ciudad de México, conformando entre ambos ejércitos el movimiento zapatista.
Si bien el programa planteado por el zapatismo no triunfó, sí lo hizo parcialmente con el derrocamiento del Porfirio Díaz. No obstante sirvió para plantar las banderas que mas tarde alzarán cientos de movimientos y organizaciones indígenas y campesinas, por toda Latinoamérica. La necesidad de recuperar la tierra como un bien social tanto para la economía como para la propia subsistencia de los pueblos, es una discusión que aun mantiene su vigencia ante el avance de los grandes latifundios y monopolios agrícolas. En la actualidad las ideas del zapatismo fueron recuperadas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, encabezado por el Subcomandante Marcos, quienes desde la selva mexicana del sur reivindican los postulados del Plan de Ayala, los derechos de los pueblos indígenas y la construcción de un país más justo e igualitario.
Emiliano Zapata fue asesinado en una emboscada en el año 1919 ordenada por Venustiano Carranza quién los mandó a matar. Zapata sostenía que “es mejor morir de pié que vivir toda una vida arrodillado” y así lo hizo.


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